Con lo justo en la mochila
El segundo viaje es contarlo.
domingo, 4 de febrero de 2024
DE MOCHILERO POR MADAGASCAR
"La mejor forma de visitar Islandia es en bicicleta" [AUDIO] *hacer clic en el título para escucharlo.
Nuestro viajero y aventurero Miguel Zulaica nos cuenta cómo recorrer Islandia en bicicleta. Destaca que es un país muy caro pero donde se puede acampar 'casi en cualquier lugar' y recomienda hacerlo desde finales de junio hasta el comienzo de septiembre.
Islandia se ha abierto al público en los últimos años y eso se nota: no es que sea un país que esté de moda, pero a la vista de su atractivo, las compañías low-cost han habilitado vuelos que permiten en un espacio de 4 horas llegar hasta la última frontera de Europa. Nuestro viajero-aventurero Miguel Zulaica recomienda recorrer esta isla en bicicleta: lo hizo en 20 etapas, de unos 70-80 km por día. Señala que hay una carretera principal que recorre toda la isla y otras 'carreterillas' que llevan al interior. Se trata, según Zulaica, de un país con aspecto lunar en el noreste, fiordos más espectaculares al oeste y amplias laderas y cascadas al sur. Para Zulaica el mejor periodo para viajar en bicicleta es desde finales de junio hasta casi el comienzo de septiembre: son los meses donde se concentran las temperaturas más cálidas, de 15 a 18 grados. Eso sí, una vez que desaparece el calor, aparecen las Auroras Boreales y desparece la luz del sol.
UNIVERSO VIAJERO (RADIO VITORIA) PAUTAS SOBRE CÓMO ORGANIZAR UN VIAJE Y SACARLE EL MÁXIMO PARTIDO [AUDIO] *hacer clic en el título para escucharlo.
El viajero-aventurero Miguel Zulaica nos da las claves para que el viaje que se vaya a realiza tenga éxito y no se caiga en el estrés y los conflictos. Asegura que conocer la duración del viaje es indispensable para decidir el destino y aboga por incluir siempre un trayecto en tren.
Hay muchas formas de viajar y muchos condicionantes a tener en cuenta pero lo primordial, dice el viajero-aventurero Miguel Zulaica, es conocer el número de días con los que se cuenta para decidir el destino. El presupuesto, la climatología del destino, el idioma o viajar solo o acompañado son otros de los condicionantes para decidir ir o no a ciertos destinos. De hecho, Zulaica asegura que le encanta viajar solo, con su pareja o como mucho, con otros dos amigos o amigas, sin embargo, siempre descarta la posibilidad de viajar en grupos que sean superiores a 3 personas porque 'siempre hay conflictos'.
En todo caso, una de las características de los viajes que realiza Zulaica es incluir, al menos, un trayecto tren. Según este viajero-aventurero el tren 'te permite viajar dentro del propio viaje'.
sábado, 2 de enero de 2016
ISLANDIA, TIERRA DEL HIELO
ORIGEN Y PUNTO FINAL: RAYKJAVIK
Presentación:
Situado al norte del globo, Islandia es un país diferente, con unas características que lo hacen único. Y esta disparidad llega hasta tal punto de que no sería descabellado decir que no hay un paraíso igual en el hemisferio norte. Porque hablar de Islandia es hablar de naturaleza; lagos, volcanes, glaciares, cascadas, géiseres... y el doble de ovejas que habitantes.
Con aspecto lunático, el noreste del país es una tierra semidesierta. Al otro lado, en cambio, se encuentran los fiordos del oeste, sin duda espectaculares. Y el sur es verde, con amplias praderas en las faldas de los volcanes salpicadas de cascadas, sin olvidar los acantilados que se precipitan sobre la playa negra de Vik, y de las imponentes columnas de basalto con forma hexagonal que se encaraman desde el mar.
Todo el país cuenta con poco más de 300.000 habitantes, de los que 120.000 residen en su capital (ninguna otra ciudad islandesa supera los 50.000). Su superficie se extiende hasta los 103.00 km2, parecido al área que ocupa Andalucía. La isla está suspendida en el océano Atlántico, casi pegada al Círculo Polar Ártico.
Y, para conocer esto y mucho más, nada mejor que recorrer la isla a pedales por la Ring Road, la carretera que circunda el país por escenarios de ensueño, la que te hace sentir la naturaleza en todo su esplendor a través de rectas infinitas, con fumarolas que parecen salir de la nada, rodeando volcanes, y yendo expuesto a los "golpes" del viento cada vez uno se aproxima al mar.
Con 1.340 kilómetros, la Ring Road es ideal para quienes desean aventurarse por la isla y recorrerla a su gusto, pues permite visitar la mayor parte de lugares turísticos del país sin apenas desviarse de ella. Transcurre la mayor parte del tiempo por zonas no habitadas, donde los animales campan a sus anchas.
Acceso y salida del país:
La dificultad de llegar en barco es obvia por la distancia existente con el resto del continente, por lo que el avión es sin duda la mejor opción. Apenas cuatro horas de avión separan este país de España, por lo que la posibilidad de toparse con la naturaleza más pura está al alcance de la mano.
Otras opciones comunes desde donde llegar son Londres, Glasgow, París, Bruselas, Amsterdam, Oslo...
El aeropuerto internacional de Keflavik se encuentra a 50 kilómetros al oeste de la capital.
Sobre Reykjavik:
Se trata de una ciudad tranquila, en consonancia con la personalidad de los islandeses. Está ubicada al sudoeste del país, en la bahía de Faxaflói, un área costera que se caracteriza por la presencia de penínsulas, ensenadas, estrechos y pequeñas islas. Es una ciudad muy dispersa, y buena parte de ella se halla sobre la península de Seltjarnarnes. La mayor zona urbana se presenta en forma de suburbios de baja densidad, con casas muy espaciadas entre sí.
Reykjavik está atravesada por el río Ellidaá, que además es el más grande de la ciudad, aunque no es navegable.
Aproximadamente un 40% de la población total de la isla viven en su capital (el 60% si se tiene en cuenta el área metropolitana), que cuenta con la particularidad de ser la más norteña del globo terráqueo.
La industrialización del siglo XVIII trajo consigo el crecimiento urbano, y la industria del algodón, la pesca, la extracción de sulfuro, la agricultura y la construcción de barcos después, trajeron la riqueza a la isla.
Al igual que el mar, los ríos y lagos de agua dulce que surcan la isla han forjado la historia del pueblo islandés, dedicado desde tiempos inmemoriales a la pesca de altura y bajura. Dos de las especies fluviales capturadas en los ríos de Islandia más preciadas son el salmón y la trucha. La práctica de pesca con caña en los ríos es muy popular, y en la mayoría de éstos se han instalado refugios y demás alojamientos, equipados con todo lo necesario.
La cascada más caudalosa de Europa (Dettifoss), el glaciar más grande -en cuanto a volumen- del continente (Vatnajökull, con 8.100km2), más de 200 volcanes, el parque nacional más grande de Europa (Vatnajokull, con 12.000km2), el géiser que ha expulsado agua hasta el punto más alto (Geisyr; 122m)... todo aquí es superlativo, inmenso. Y al mismo tiempo, raro y genial.
> Otro paraje natural espectacular es el Parque Nacional Thingvellir, donde la dorsal atlántica separa las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia.
> En abril de 2010, el volcán Eyjafjallajökull puso patas arriba el espacio aéreo del mundo entero, en lo que fue una de las erupciones más sonadas que se recuerdan.
> Según un estudio de la Universidad de Arizona, Islandia se eleva hasta 3,5 centímetros cada año por el deshielo de los glaciares. Y la causa principal no es otra que el calentamiento global.
> El clima en Islandia es duro, pero los meses de junio, julio y agosto son ideales para visitar el país, con noches tan claras como el día. En invierno, en cambio, los islandeses apenas disponen de cuatro horas diarias de luz solar.
> Debido a diversos condicionantes, la flora en Islandia no es particularmente rica, pero se estima que actualmente comprende unas 440 especies de plantas con flores, junto con 40 helechos, 600 briófitos (musgos y hepáticas) y 735 líquenes. Los hongos superan las 2000 especies.
> Al igual que la flora, la fauna se ha adaptado a las condiciones extremas que se dan en Islandia.
Este montículo de piedras, que en la antigüedad se erigía como punto de referencia, es un monumento sepulcral usado también en el ámbito de la astronomía.
> La acampada es libre. Esto es, uno puede acampar donde le plazca, siempre y cuando no sea en una zona protegida debidamente señalizada.
> El país posee una de las rentas per cápita más altas del mundo: 39.500 euros al año. De ahí que una cerveza en un bar raramente baje de los 8-9 euros. ¡Te sabe a gloria!
Y, pese a las bajas temperaturas y los altos precios, los islandeses disfrutan de una vida social más que interesante. No en vano la marcha nocturna de Reykjavik es una de sus señas de identidad.
> Islandia acaba de ser nombrado el segundo país más feliz del mundo según la ONU, sólo por detrás de Suiza. Además figura entre los lugares más seguros del planeta, con un único homicidio al año de media.
> En el país no hay ejército. Ni tampoco fuerza aérea alguna. Eso sí, las prestaciones sociales son altísimas y apenas hay hospitales o escuelas privadas, puesto que la calidad de lo público es excelente.
> Julio Verne situó aquí su novela "Viaje al centro de la tierra". En ella los protagonistas acceden a las entrañas del planeta, concretamente desde el volcán Snaefellsjökull.
Historia:
Una de las teorías afirma que los primeros habitantes llegaron a la isla en el siglo VIII, y que lo hacían desde Irlanda o Escocia, aunque la más extendida habla de que fueron los escandinavos quienes llegaron y se asentaron entre finales del siglo X e inicios del XI.
Ya hacia el año 930, los vikingos noruegos fundaron el Alping, el primer parlamento legislativo y judicial del mundo, donde se dictaban las leyes y se castigaban a los criminales. Duró hasta el año 1232, y se ubicó en el conocido Parque Nacional Thingvellir.
A partir de este momento, un tratado situó al país bajo la corona noruega hasta finales del siglo XIV, para posteriormente entrar en escena los reinos de Dinamarca y Suecia uniéndose al de Noruega. Los tres formaron la "Unión de Kalmar", la unión de las tres monarquías nórdicas.
Durante los siglos posteriores Islandia se convirtió en uno de los países más pobres de Europa. Los suelos estériles, las erupciones volcánicas y un clima realmente duro hacían que la vida fuese muy difícil para una sociedad que dependía prácticamente en su totalidad de la agricultura. Después dos epidemias de peste negra a comienzos y principios del siglo XV barrieron a la población, matando casi a la mitad de sus habitantes.
Ya a mediados del siglo XVI, se impuso el luteranismo -movimiento religioso protestante inspirado en las enseñanzas de Martín Lutero sobre el cristianismo-, confesión dominante en la actualidad.
En los siglos XVII-XVIII Dinamarca impuso una serie de estrictas restricciones al comercio, y una epidemia de viruela causó la muerte de alrededor de un tercio de la población.
En 1783 el volcán Laki entró en erupción, y se produjo una de las mayores catástrofes medioambientales de la historia del continente. Duró 8 meses y fue uno de los acontecimientos climáticos más importantes y con mayores repercusiones sociales que se recuerdan; una enorme nube fue extendiéndose poco a poco, trayendo consigo una hambruna generalizada que supuso la muerte por inanición de un cuarto de la población.
Tras las guerras napoleónicas (1814), Islandia permaneció como una dependencia danesa, aunque las relaciones no fueron precisamente buenas. Muestra de ello fue la prohibición del consumo de alcohol en 1915 (incluida la cerveza, por considerarse antipatriótica), porque decían que representaba el modo de vida danés.
Durante este siglo, las duras condiciones climáticas hicieron que se produjese una emigración en masa hacia un mundo mejor, llegando a desplazarse a otros países 15.000 de las 70.000 personas que habitaban la isla en ese momento. Paralelamente surgió un nuevo movimiento nacionalista de independencia bajo el liderazgo de Jón Sigurdsson, y ya en 1874 Dinamarca le concedió una constitución y un gobierno limitado.
Ya durante la II Guerra Mundial, Islandia estuvo bajo el dominio británico primero y el americano después, y fue en 1944 cuando el país se convirtió en una República con Sveinn Björnsson como primer presidente.
En la última década Islandia ha pasado por momentos convulsos, como lo ocurrido entre 2003 y 2007, cuando el país transformó su economía -basada entonces en la industria pesquera- pasando a ser una nación que ofrecía sofisticados servicios financieros, es decir, yendo a la conquista de mercados internacionales. Esta transformación derivó en una posterior crisis financiera, que supuso que entre 2008 y 2009 se produjese la mayor emigración de Islandia desde 1887.
Posteriormente a principios de 2009 el gobierno se vio obligado a dimitir, tras las numerosas protestas ciudadanas. Se produjeron elecciones y se estableció una asamblea popular de 25 personas al azar y sin afiliación política, a la que se delegó la responsabilidad de preparar una propuesta para sustituir la constitución del país (únicamente era necesario que contasen con al menos 25 votos).
Actualmente el país se ha recuperado casi en su totalidad de la crisis financiera vivida en los últimos años, aunque llama la atención que en dos ocasiones se han negado los islandeses a pagar la deuda de sus bancos con clientes extranjeros.
Planning por la Ring Road:
A) Reykajvik-Höfn; recorriendo el sur en 7 etapas.
Es una de las cascadas más grandes del país, con una caída de 60m. y una anchura de 25. Al caer el agua, debido a la cantidad de espuma que produce constantemente, un arco iris simple o doble es normalmente visible en los días soleados.
Está rodeada por columnas basálticas negras, de origen volcánico, que le dan su nombre. Las columnas hexagonales fueron formadas por un proceso de cristalización dentro de un flujo de lava al enfriarse de manera extremadamente lenta. Formaciones similares a esta se encuentran en la Calzada de los Gigantes en Irlanda del Norte y en la isla de Staffa en Escocia.
Se trata de una pista de tierra que atraviesa un puerto y que un atajo que puede tomarse al este de Islandia en la conocida carretera “Ring Road”, que circunda el país.
Las “tierras altas” es una zona desértica. Se encuentra por encima de los 400-500m. y se extiende por la mayor parte del interior del país.
Es una grieta con pozas subterráneas de agua caliente. Era un lugar donde se bañaba la gente hasta que la temperatura del agua llegó a ser peligrosa (unos 60 ºC) como resultado de las erupciones del volcán Krafla en los años 70.
Se encuentra alrededor del lago Mývatn (traducido como el “lago de las moscas enanas”), concretamente al este de la grieta Grjotagja y al oeste de la montaña Namafjall. Es una zona de gran actividad volcánica, y esto queda patente a distancia, pues el inconfundible olor a huevos podridos sirve de indicador. Pueden verse pozas con lodo y agua hirviendo, enormes y potentes fumarolas de gases, porciones de terreno con un color amarillento indicativo de áreas sulfurosas, etc.
D) Un par de días en coche por el Golden Circle o "Círculo Dorado" y la península de Reykjanes.
Parque Nacional de Thingvellir o Þingvellir.
Las fallas que atraviesan la región son visibles desde cualquier parte del parque. La más grande de todas ellas es la falla de Almannagjá, que forma un cañón de considerables proporciones y que es la causa principal de los habituales terremotos que se suceden en esta zona.
Cascada Öxarárfoss.
Situada el parque nacional Þingvellir, se encuentra en el curso del río Öxará, que en este punto fluye por un campo de lava y se precipita por una de las paredes de la falla tectónica de Almannagjá. Se cuenta que el curso del río fue desviado hacia este lugar para abastecer de agua a los miembros del Alþingi.
Conclusiones:
martes, 19 de febrero de 2013
MONGOLIA
PARQUE NACIONAL DE TERELJ
Pero si se descarta esta elección, también cabe la posibilidad de volar o acceder en tren, aunque el grado de aventura es menor.
Para salir de Mongolia y entrar en China el ferrocarril es una buena opción, pero si se desea abaratar gastos conviene bajarse en Zamiin Uud (última localidad de Mongolia), desplazarse en coche con uno de los muchos lugareños que se ofrecen a acercar al viajero hasta la frontera, y seguir las indicaciones que dan quienes allí trabajan. Tocará entonces subir a bordo de un jeep para posteriormente y tras el papeleo pertinente, coger un bus hasta la primera población China: Erlian.
Si se desecha esta opción -debe tenerse en cuenta que no hay autobuses o minibuses que cubran el trayecto hasta la capital- sólo caben otras dos posibles. La primera es hacer auto-stop -desconozco si es sencillo o no así como el grado de seguridad-, mientras que la segunda pasa por compartir un taxi y que, a un precio relativamente bajo, acerque al viajero hasta su destino.
Apenas llegamos a la capital, compramos el billete hasta la frontera con China, fechado para nuestro último día en el país. Acto seguido vamos en busca del albergue (UB Guesthouse) y, tras un largo caminar que se sucede entre calles repletas de tráfico, damos con él. Se encuentra ubicado en el patio interior de un bloque de viviendas. Por lo general no hace falta reserva, pues hay muchas camas distribuidas en habitaciones con varias literas. Está claramente pensado para mochileros y su precio es una auténtica ganga. Lo llevan un chico y una chica, quienes prestan mucha atención a los invitados, quizás porque ellos mismos se encargan de asesorarte para que contrates un tour por cualquier parte del país con ellos. Tienen un séquito de chóferes y cocineras quienes viajan en cada expedición que se contrate.
¡Ah! Se paga por adelantado y en nuestro caso el precio total ronda los 280 euros por cabeza.
Quizás este fue el día más pesado de nuestro recorrido. Tras comprar la comida en el supermercado de una especie de centro comercial (conocido como State Departament Store y ubicado en el centro de la ciudad, junto a una estatua en honor a los Beatles y el circo de Ulán Bator), metemos todo en la furgoneta, donde nos esperan el chófer -"Kamba"- y la cocinera -"Yaha"-. Él no sabe ni "papa" de inglés, mientras ella nos entiende y chapurrea algo. Así, salimos en dirección Erdenedalay, poblado de casitas de madera y yurtas situado a unos 300 kilómetros al sur de la capital. El trayecto se nos hace eterno, pues no hay carreteras y el chófer va campo a través orientándose por las marcas en la tierra de otros vehículos, las montañas, el sol y un cableado eléctrico que parece unir el centro con el sur del país.
En contra de la creencia general, el desierto del Gobi es un lugar lleno de vida. Está formado en su mayor parte por estepas y llanuras en las que crece la vegetación y pasta el ganado, y únicamente un 3% de la superficie total está cubierta por arena. Está considerado como Reserva de la Biosfera por la Unesco desde 1991 y es la zona protegida más grande de Asia.
A media tarde, ya estamos en Erdenadalay, donde una simpática familia nos acoge en su pequeña casita. Dos niñas, un chico joven, sus padres y la abuela comparten guarida, la cual prestan a los visitantes cuando llegan como turistas. A cambio reciben una propina a cargo del chófer y duermen en una yurta anexa a la casita.
Si el segundo día en Mongolia se nos hizo pesado -debido al tiempo que pasamos golpeándonos la nuca contra el techo de la furgoneta-, éste resulta ser, sin duda, el más monótono. La apariencia del paisaje es siempre la misma; una extensa planicie con suelo de arenisca y piedras de pequeño tamaño, sin ninguna que otra planta que pueda crecer. Y en ocasiones se avistan pequeños grupos de camellos deambulando quién sabe a donde.
La tercera jornada por el desierto del Gobi resulta realmente gratificante. Durante todo el día estamos viendo cosas y bajando de la furgoneta. Primero en un pequeño poblado donde parecen estar celebrándose elecciones y en donde banderitas y carteles adornan las yurtas y varios vehículos se pasean mostrando propaganda en sus laterales. Luego damos con un pequeño "oasis", donde una tubería aparentemente rota echa agua sin parar, alrededor de la cual plantas y hierba nacen de entre la arena. Nos lavamos como podemos y reanudamos el camino.
Más tarde atravesamos una zona montañosa, algo novedoso en lo que llevamos de viaje. Y ya por último llegamos a las yurtas donde nos espera otro grupo de pastores nómadas y un niño, con quienes entablamos una buena relación. Nos enseñan los camellos y las ovejas y a cambio nosotros les enseñamos a jugar a voleibol con una pelota que aparece por allí.
Acto seguido cenamos y pronto nos echamos a dormir.
El día comienza temprano para nosotros. Toca kilometrada en furgoneta a cambio de un paseo por un valle realmente espectacular. Primero nos adentramos con la furgoneta en una garganta por la que discurre un riachuelo -vamos sobre él- y posteriormente y una vez la hemos superado, disfrutamos del entorno deteniéndonos junto al cauce del río a comer. Estamos en Dugany Am.
El día amanece con un completo desayuno servido por la niña de la familia. En cuestión de segundos lo devoramos, luego nos despedimos de la familia y al poco ya estamos en ruta.
Un madrugón más y a primera hora del día nos presentamos en la "Montaña Blanca". Se trata de una meseta de roca volcánica erosionada por el agua y el viento principalmente y que con el tiempo ha ido adquiriendo diferentes formas y tonos, lo que le ha dado un aspecto muy similar al que presentan en España las Bardenas Reales.
Tras otro desayuno muy reconfortable a base de tostadas, nocilla, mantequilla, pastas, café y/o té, salimos en dirección a la formación rocosa de Baga Gazriin Chuluu, una cordillera montañosa llena montoncitos de piedras -colocados minuciosamente por otras personas- que adornan el lugar.
DÍA IX: Paseo a caballo por el Parque Nacional de Terelj, vuelta a la capital y tren a la frontera china.
Temprano y tras un breve desayuno, los dos jóvenes que se habían ofrecido a dejarnos montar a caballo nos preparan un par de ejemplares. Son bajitos, fornidos y dóciles. Disfrutamos del momento, de la experiencia y del entorno. Y hasta nos cae una buena chaparrada, la cual agradecemos pues no recordamos la última gota de lluvia que caída durante el viaje.








